Recorrido Religioso

Recorrido Religioso

 

 

1. Iglesia Nuestra Señora de la Merced

2. Iglesia Catedral

3. Museo de Arte Sacro

4. Iglesia Santo Domingo

5. Iglesia San Francisco

6. Capilla Nuestra Señora de Lourdes

 

 

1. Iglesia Nuestra Señora de la Merced

Tiene un gran valor histórico, ya que aquí, el General Manuel Belgrano declaró a la Virgen de la Merced Generala del Ejército, entregándole su bastón de mando, de marfil con empuñadura de oro, como reconocimiento por su protección durante la Batalla de Tucumán, en 1812.

Declarada Monumento Histórico Nacional de los Argentinos, la Iglesia posee una imagen de la Virgen de la Merced, que data del siglo XVI. Es la misma que los religiosos mercedarios trajeron desde Perú a la antigua ciudad de Ibatín, donde se fundó la primera Iglesia de La Merced.

En 1912, para el centenario de la Batalla de Tucumán, la Virgen fue coronada. La corona es de oro y platino, con brillantes y zafiros, y mide 35 cm de alto.

La actual Iglesia de La Merced se inauguró en 1950. Tiene tres naves de estilo neocolonial y un largo total de 81 metros. En su fachada se leen tres cuerpos muy diferenciados por molduras. El bajo, casi ciego, perforado por la entrada principal, flanqueadas por dobles semicolumnas semitoscanas; el segundo cuerpo reitera la solución de triple arcada utilizada en la nave; en el tercer cuerpo se denota sutiles volutas donde se aprecia un nicho que alberga la imagen de la Virgen. 

Las pinturas de su interior, por tratarse de un santuario cargado de historia, están destinadas a una importante sección a los acontecimientos vinculados con la Batalla de Tucumán y con Belgrano; fueron realizadas por el artista italiano Giuseppe Bercetti, en 1948. Los vitrales que la adornan fueron traídos de Francia y las campanas fueron fundidas el mismo año de la Batalla de Tucumán, en 1812.

 

2. Iglesia Catedral

Declarada en 1941 Monumento Nacional.

Cuando la ciudad de Tucumán se traslada desde el campo de Ibatín hasta su actual emplazamiento en 1685, se traslado también la Iglesia Matriz. Esta humilde iglesia luego de varios años y de varias restauraciones, fue 31 demolida para construir una iglesia moderna. Fue proyectada por el arquitecto francés Pedro Delgare Echeverry con un estilo neoclásico y decorada en su interior por el pintor, también francés, Félix Revol. La construcción del nuevo templo se efectuó durante la gobernación de Celedonio Gutiérrez y fue bendecida el 19 de febrero de 1856, en un acto durante el cual pronunció un sermón Fray Mamerto Esquiú. En aquella época de la Confederación estaba considerada como la mejor iglesia del país, siendo una de las catedrales más antiguas de la Argentina, solo posterior a las de Buenos Aires y la de Córdoba.

La historia de la catedral registra un violento episodio el 12/06/1887 donde los revolucionarios que derrocaron a Juan Posse irrumpieron en la iglesia disparando sus armas en medio de una misa de gobierno.

Se hace difícil describir su estilo arquitectónico ya que el evidente eclecticismo demostrado en el uso de los diferentes estilos se suma la aparición de capiteles en forma bulbosa que no responden a ningún estilo clásico, se puede concluir diciendo que es de estilo neoclásico en su fachada. Existe una superposición de estilos Dórico, Jónico y Corintio. La fachada está compuesta por un pórtico enmarcado por dos torres campanarios a ambos lados, que culminan con cúpulas bulbosas de influencia oriental. La torre este alberga el reloj importado de Londres en la década de 1840, que perteneció al cabildo de la provincia antes que fuera demolido en 1908, para construir la actual Casa de Gobierno. En la base de la torre oeste se encuentra el Museo Sacro.

Desde una posición retirada se puede observar la cúpula cubierta de mayólicas azules con dibujos geométricos.

El frontispicio esta coronado por la imagen de La Virgen de la Inmaculada Concepción y un bajo relieve realizado por el escultor Juan Bautista Pinocchiaro, que simboliza un pasaje bíblico referido a Moisés en su travesía por el desierto, cuando descansa a la sombra de un cedro, mientras los israelíes le llevaban un racimo de uvas, fruto de la feracidad de la tierra prometida al pueblo de Dios.

En su interior se encuentra la Cruz de Madera de la fundación de la ciudad de San Miguel de Tucumán, trasladada desde Ibatín.

Descansan los restos del Gral. Gregorio Aráoz de Lamadrid y el Obispo Tucumano, José Eusebio Colombres (fundador de la Industria Azucarera). Posee dos pequeñas imágenes muy antiguas, de San judas y San Simón, venerados en la Iglesia de Ibatín como los protectores de la ciudad.

 

La catedral alberga un rico patrimonio que se vino gestando desde su primera fundación en Ibatín.

 

3. Museo de Arte Sacro

Nació en 1968 como una iniciativa de la gente de la Parroquia, que se concretó con la labor de Susana Rougés, apoyada por el cura párroco, Monseñor Segundo H. Soria. La primera tarea era la de reunir los vasos sagrados, imágenes y objetos que estuvieran destinados al culto y que por una u otra causa, habían quedado fuera de uso, o que, por utilizarse sólo en contadas ocasiones, raramente estaban a la vista. Así llegó a formarse una importante y significativa colección, que excediendo lo estrictamente litúrgico, rescataba el acervo cultural de Tucumán. Con el tiempo fueron sumándose las donaciones y préstamos de diversos objetos que pertenecieran a las familias tucumanas.

Exhibe piezas de gran valor, desde los lejanos tiempos de Ibatín hasta nuestros días. La imaginería, la pintura, la platería, los ornamentos litúrgicos, los documentos coloniales, tenían la finalidad de guiarnos a lo largo de la historia eclesiástica de Tucumán. Todo esto ha sido conservado en el Museo, evitando así la pérdida o dispersión de un valioso patrimonio.

El Papa Pablo VI, en el año 1972 exhortaba precisamente a los pastores a conservar en los templos los objetos de valor histórico?artístico que, durante siglos los ornaron y que perduran como expresión tradicional de la fe. El Arzobispo de Tucumán, en aquel entonces, Monseñor Blas Victorio Contero apoyó esta obra.

Hoy el Museo abre sus puertas con esta exposición de obras, donde se exhiben piezas de: la Virgen de Rosario de Pomata (óleo sobre tela – Alto Perú), San Pablo camino a Damasco (Óleo sobre tela de neto estilo neoclásico), San Miguel Arcángel (Óleo sobre tela; figura hierática e ingenua del patrono de la ciudad), General Celedonio Gutiérrez (obra de la primera época del retratista tucumano, Ignacio Bas), Documentos coloniales, misales, entre otros objetos.

 

4. Iglesia Santo Domingo

Fue en 1549 cuando los Dominicos arriban a las regiones de Tucumán. Éstos fueron expulsados, esta drástica medida abriría un largo paréntesis en la actuación de los dominicos, no pudiendo estar en la fundación de San Miguel de Tucumán en 1565, ni tampoco en su traslado desde Ibatín (primera fundación de Tucumán) hasta su emplazamiento actual.

Fue recién en 1780, cuando se autoriza la radicación de los Dominicos en Tucumán, luego de la expulsión de los jesuitas en 1767.

La Basílica de Nuestra Señora del Rosario, tradicionalmente conocida como la Iglesia de Santo Domingo, fue al principio una pequeña y humilde capilla ubicada junto al convento. 

En 1860 comienza a levantarse el templo actual, dispuesto a reemplazar la vieja iglesia. Sin embargo es en la década de 1870, bajo el prioritario de fray Pío Canto, cuando la obra empieza a tomar buen ritmo. Se erigió también el claustro norte del convento.

En la actualidad, en el antiguo Convento funciona la Universidad Santo Tomas de Aquino, instituida en 1965. La fachada de la iglesia, grandilocuente para la época, es de características netamente neoclásica con reminiscencias italianizantes.

Destaca su gran pórtico sostenido por robustas columnas de capitel corintio y un frontis avanzado sobre un doble juego de columnas, remarcando el ingreso a la nave central. Es tal la monumentalidad de esta fachada, que no da la posibilidad de contemplar la gran cúpula de crucero, la misma sólo puede ser apreciada desde el claustro de la Universidad.

Su interior, muy sobrio, de proporciones ajustadas y dedicadas a La Virgen del Rosario, se destaca entre los grandes templos tucumanos por el espíritu casi museológico que ostenta la exhibición de su patrimonio.

 

5. Iglesia San Francisco 

San Francisco es sin duda, por su activa participación en los acontecimientos históricos de la provincia y por su majestuosa decoración, uno de los templos más importantes de Tucumán. En esta iglesia se alojó la solemne ceremonia vinculada con el Congreso de la Independencia cuando, el 24 de marzo de 1816, los diputados imploraron el auxilio divino; y una vez declarada la Independencia, allí también se ofició la misa en acción de gracias, a la que concurrieron el presidente Narciso de Laprida, todos los congresales y el pueblo en multitud. 

Es en este templo también, donde, tras la gloriosa batalla librada por Manuel Belgrano en 1812 contra los realistas, se constituyó una improvisada enfermería para los heridos en combate, en el espacio que hoy ocupa una de las alas del templo.

Antiguamente al trasladarse la ciudad de San Miguel de Tucumán desde Ibatín a su emplazamiento actual en 1685 les fue adjudicado a los franciscanos el solar ubicado en 9 de Julio y Crisóstomo Álvarez (hoy Hotel Premier), allí permanecerían durante casi un siglo. En el predio donde se alza hoy el templo estaban los jesuitas originariamente. En 1767 al ser expulsados los Jesuitas, la orden de San Francisco de Asís consiguió que se les entregará el colegio que fuera de los jesuitas, donde en su primer momento se había ubicado a los Dominicos. En 1785 se resolvió entregarles dicho colegio, con la condición de que mantengan la enseñanza de las primeras letras y gramáticas, destinando aulas públicas a donde concurra la juventud, es así como pasaron a ubicar el emplazamiento actual, mientras transferían a los dominicos a su desvencijado convento de de 9 de julio y Crisóstomo Álvarez.

La orden de San Francisco, además de sus actividades religiosas y apostólicas, continuaría con la escuela que por muchos años fue la única posibilidad educativa en San Miguel de Tucumán.

Al promediar el año 1870, deciden reconstruir el viejo templo y es así como en 1879 se lo demolió levantándose la nueva fachada de tres pisos y campanario que alberga el nártex. La cúpula fue proyecto de Fray Luís Giorgi (autor de las iglesias franciscanas de Catamarca y Salta) y fue recubierta con azulejos de Pas de Calais.

Su fachada de gran volumen, sin torres, y netamente italianizante con filiación mañerista. Compuesta por tres cuerpos seccionado por fuertes cornisas: el primero define las grandes arcadas de acceso, y rodeado por una magnifica reja de líneas italianizantes que tamiza la luz y fortifica la seguridad;

El segundo muy ciego a nivel del coro, con un nicho que alberga la Imagen de La Inmaculada Concepción, donada por una persona cuya nombre no trascendió a pedido de la misma; el último cuerpo con un severo campanario.

En número de tres también se organizan las calles verticales, remarcadas con columnas y pilastras organizadas como ordenes superpuestos.

Su interior es de una riqueza histórica artística digna de ser visitada. La diafanidad del crucero se acrecienta por la magnífica cúpula del lucernario.

Es interesante recorrer su interior, que atesora imágenes antiquísimas y pinturas que pueden clasificarse en figurativas y ornamentales cubriendo gran parte de los muros y soportes del templo, con motivos franciscanos.

También se conserva una casulla bordada por los indígenas a mano, con hilos de oro, plata y seda, y la primera bandera argentina enarbolada en Tucumán el 8 de Octubre de 1814.

A la derecha de la Iglesia, sobre el asentamiento originario de los jesuitas se levanta el claustro del convento que presenta los rasgos de una obra inconclusa, su estructura mantiene vigente los antiguos los cánones de la arquitectura monástica usada desde el siglo VI. Tanto su exterior como interior del convento mantiene reminiscencias románicas y mañeristas. El mismo Continúa funcionando en la actualidad.

 

6. Capilla Nuestra Señora de Lourdes

El interior de la iglesia es el ejemplo más interesante de arquitectura neogótica de la ciudad; fue terminada en 1922 y está evidentemente inspirada en la catedral de Paris. El pequeño atrio está cercado por una imponente reja que lleva el sello de la fundición escocesa donde fue realizada.

 

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